Esta expedición se denomina Transguyana, pero en realidad transitamos por los lugares de América del Sur más relacionados con la flora, fauna y aventura, como el Mato Grosso, Amazonas, Venezuela,  Guyana Inglesa, Surinam y Guyana Francesa y también el desierto Lençóis de Maranhenses, uno de los lugares más paradisiacos de América del Sur.

El viaje comienza con un recorrido por la zona oeste de Brasil, donde se visitarán muchos atractivos naturales entre los que se destaca el Parque Nacional Chapada dos Guimaraes, de bellísimas formaciones rocosas y saltos de gran altura.

Ya más al norte se comienza a vivenciar la cultura amazónica cuando cruzamos la legendaria BR 319, y luego llegamos a Manaos.

Esta ruta de 600 km hace más de 30 años estaba totalmente asfaltada, hoy día solo quedan vestigios de ese material, y puentes que desaparecen por la acción del agua permanentemente. La ruta es lenta, muy difícil para manejar por los pozos y roturas que presenta, solitaria y con muchísimos arroyos y ríos.

En Manaos tendrán la opción de conocer el gran Festival de Parintins, es el mayor festival folclórico aborigen del mundo.

Antes de ingresar a Guyana, hacemos una breve visita a Venezuela para conocer el salto más alto del mundo: el Salto Ángel. En este increíble paseo se podrá apreciar también la belleza del Parque Nacional Canaima.

Finalmente llegamos a Guyana, un contraste asombroso, manejamos por la izquierda, cambian los sistemas métricos y el lenguaje es el Ingles Británico. La primera parte es una extensa área denominada Sabana de Rupununi con montañas al fondo que forman el paisaje, más tarde comienza la mejor selva amazónica, es la reserva de Iwokrama de sorprendente belleza y gran cantidad de animales, difícil de ver, pero se percibe por los ruidos y gritos que salen de la selva.

Se visita Georgetown, la capital, para conocer el gran Salto Kaieteur, emblema y cartón postal de esta expedición.

Seguimos camino para conocer Suriname y la llamativa Guyana Francesa, colonia francesa, donde se visita la Isla del Diablo.

Volvemos a suelo brasileño para realizar el cruce del Amazonas. Navegar el rio más grande del mundo con toda su actividad única, es una sensación difícil de describir, absolutamente idílica.

Como último atractivo visitamos la parte norte del Desierto Lencois de Maranheses, precisamente al poblado de Santo Amaro, muy natural, genuino y asombroso.

Fue realizada pensando en absorber al máximo las dificultades, riesgos y esfuerzo que demanda semejante viaje, eligiendo hoteles y servicios confortables, disminuyendo al máximo los kilómetros a transitar, buscando los mejores y más genuinos lugares de interés turístico. Sin embargo, es importante destacar que para lograr que sea un éxito, se debe entender que es un grupo, mejor dicho, un equipo, donde la camaradería, el buen trato, la colaboración y el compañerismo son factores importantes a la hora de la verdad. Sin duda este viaje nunca lo olvidará.